Vive la Tarara
en un planeta verde
con el viento suave
y la piel caliente.
La Tarara, sí;
la Tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Tiene la Tarara
un paisaje dentro
que escapa en sus ojos
como un firmamento.
La Tarara, sí;
la Tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Ay, Tarara, el ojo
de la cerradura
mira con asombro
desde las alturas.
La Tarara, sí;
la Tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.