—Oye, papá, etoy pensando una cosa muy triste.
—Ah, ¿sí? ¿El qué?
— Que un niño me pedía que le regalara el coche teledirigido y él me regalaba el avión, pero me engañaba y era para romperlo y su mamá le regañaba, sin pantallas. ¡Pero un montón de días!