Me enseña un moco pegado a su dedo índice.
—¡Moco gigante!
Pero cuando vuelvo con el pañuelo, sale corriendo.
—¿Para qué dices «moco gigante» si no quieres que te lo limpie?
—Te lo digo para que lo sepas.
Me enseña un moco pegado a su dedo índice.
—¡Moco gigante!
Pero cuando vuelvo con el pañuelo, sale corriendo.
—¿Para qué dices «moco gigante» si no quieres que te lo limpie?
—Te lo digo para que lo sepas.