210

—Papá, haz el sonido de la S líquida en tu mente.

Me concentro y me imagino el sonido.

—¿A ver? Otra vez.

Me concentro y Telmo acerca su oreja a mi cabeza para asegurarse de que no emita sonido alguno.

—Yo no puedo hacerlo

—¿No puedes imaginar el sonido de la S?

—No.