— ¡Papá, soy un cuento!
— Pero ¿eres un cuento o me vas a contar un cuento?
— ¡Soy un cuento!
— Ah, y ¿qué cuento eres?
— El cuento de Caperucita Roja
— ¡Vaya! Me encanta el cuento de Caperucita Roja ¿me lo cuentas? Se pone dubitativo, así que, le doy el pie—. Estaba Caperucita con una cesta llena de cosas ¿y….?
— Y de repente ¡el lobo se come a Caperucita!