—Papá, el otro día Daniel* le contaba un chiste Marta*, y se reía mucho.
—Ah, muy bien.
—A las chicas les gusta que los chicos les cuenten chistes y a los chicos les gusta que las chicas se rían de sus chistes.
*nombres falsos
Este diálogo nos dio pie a explorar la relación recursiva entre sujeto y objeto. Cómo nos vemos reflejados en la reacción del otro. El otro actúa como un espejo para nosotros y nosotros actuamos como un espejo para esa los demás. Esos reflejos inciden a su vez en la conducta y seguimos reaccionando. Así, el juego de espejos enfrentados nunca termina.