—¡Oye! —dice Telmo.
—Dígame usted.
—No, usted, no.
—¿No quieres que te llame de usted?
—No
—Pues te llamaré de tú.
—¡No, de Telmo!
—¡Oye! —dice Telmo.
—Dígame usted.
—No, usted, no.
—¿No quieres que te llame de usted?
—No
—Pues te llamaré de tú.
—¡No, de Telmo!