Tenemos la típica situación doméstica estresante. Una cañería rota, la cocina inundada, a punto de cerrar la tienda para comprar la pieza de la reparación. En ese momento Telmo se hace pis. Como me ve un poco alterado le explico, mientras le cambio de ropa, que me he puesto un poco nervioso a causa del escenario, pero que no pasa nada. Entonces Telmo levanta sus dos deditos en forma de uve y dice:
—Tenemos dos problemas. Un problema de agua y otro problema de pis.